
Cuando comprimimos un archivo, ya sea un .log o cualquier otro, con el comando gzip, tanto en Linux como en Mac, esta utilidad realiza a la perfección su tarea, pero elimina el archivo original, dejándonos solo con el archivo comprimido.
Para que al ejecutar gzip nos deje una copia del archivo original tendremos que usar una de las dos opciones siguientes:
1 | gzip -c archivo.origen > archivo.destino.gz |
o también,
1 | gzip -k archivo.origen |
En la primera opción, asignamos un nombre para el archivo destino que será la versión comprimida de nuestro archivo origen.
Por contra, en la segunda opción, se generará un nuevo archivo, con el mismo nombre que el archivo origen, pero con la extensión .gz, que contendrá el comprimido.
De esta forma, usando alguna de las dos opciones anteriores, mantendremos el original del archivo que queramos comprimir mediante gzip, tanto en Linux como en Mac.
